ART Y CUENTO CORTO
FIEBRE DE SÁBADO POR LA NOCHE
Carlos Vico
Veo a los mamarrachos dando vueltas, buscando el consuelo de la mirada, la pequeña aprobación, ayudados por la cómplice semipenumbra musical. Los veo sacudirse Mirta, epilépticos, reinventando a los dinosaurios de la juventud que ha huido, motas perdidas en el vaivén de una vieja canción, grano de arena invisible entre sus pares, peces alados sin cabeza nadando en un acuario sucio de perfumes entremezclados. Los miembros se desparraman sacudidos por el ritmo vandálico que rememora los años de allá lejos, cuando la bengala sexual estaba a dos trancos de pulga, y el futuro era un libro abierto a cualquier estreno.NO sé Mirta, creo que están podridos de nostalgias. Y lo peor de todo es que soy uno más entre mujeres apretadas, camufladas sus flojeras por las prendas anatómicas que desafían por un rato a los estragos de la ley de gravedad; uno más entre hombres que esconden dificultosas panzas, su poca o mucha decadencia de calvas lustrosas, su desenfreno reparador o su abulia por el tiempo irreversible.Y te busco sin saber que te busco a vos, y te adivino solemne entre los cuerpos descabezados, en este antro divino al que llaman “lugar de encuentro para solas y solos”, donde irónicamente la soledad se manifiesta en toda su bronca mordaz y penosa. Porque, debo sincerarme Mirta, hay algo así como un aire desahuciado que nos amontona como hojas muertas, por si acaso...
Por si acaso se produce un chispazo de resurrecciones, y este cielo negro pueda quebrarse en cristales rutilantes que nos devuelvan el tesoro perdido.Entonces te veo.La sonrisa atornillada y suave marcando pliegues a los costados de tu boca, tus ojos que aterrizan en los míos sin pretensiones de partir.Te invito a bailar, y me parece un milagro que aceptes; tu mano como gorrión aterido se desmaya en mi zarpa mientras te guío hacia la pista.Todo los demás desaparece en ese instante, y ya no me siento tan infeliz...
(2)
Mi cabeza entonces salió a rodar entre mausoleos y cruces de mármol, cuando las luces te pintaron el cuerpo de flashes que quiebran los movimientos. Seguramente esta noche Mirta, mis manos querrán hacerle el amor a tus fantasmas, y tu sexo atrapará la sombra dolorida de mi gemelo desdibujado por el tiempo.Y me pregunto por qué, por qué Mirta...
En este hoy no hay karma Budista ni facturas que pagar de otras vidas, estamos pudriendo la vitalidad machacada de sicologías, con redundancias filosóficas de ya-lo-sé-todo.La luz negra te rescata los dientes fosforescentes y perfectos, Mirta, chisporrotea en las pelusas de la remera, en el blanco de tus ojos. Sonríes para mi, solo para mi, y me niego a creerlo. Tal vez en esa intentona simpática hay el deseo de ponerle una escoba tras la puerta a mis dudas destrozonas. Quiero entregarme a tus pechos que tiemblan, a las piernas que dibujan figuras abstractas en el suelo, que mi cabeza se quede en el sitio de las muertas ilustres que coparon mi pasado, que mi cuerpo aprenda a recorrer tus sectores sin duendes ni cadáveres.Entonces alguien canta “Nena Me Gusta Tu Forma”, y ya estás aquí Mirta, la distancia de medio metro o de siglos ahora es una fracción de milímetro de sudor perfumado entre tu mejilla y la mía. Tu mano se incrusta bajo mis costillas y los dedos como un araña nerviosa palpan las cicatrices del corazón.Paul Anka ahora se adueña de los parlantes, te dice “Pon Tu Cabeza Sobre Mi Hombro”, y una voz parecida a la tuya Mirta, susurra en mi oído que “algunos costurones sangran todavía... pero no importa, esta noche no importa” Y sé que sos vos, también con tu pena antigua... También pidiendo socorro..
(3)
¿De qué signo sos?¿Tenés hijos?
Mi hija es epiléptica desde muy pequeñita
Tuvo once convulsiones el otro día
La sicóloga me dijo que me abra a las nuevas posibilidades.
Mi ex marido era golpeador...
La voz de Mirta se sobrepone a la suave estridencia de los Bee Gees, el arte de los sonidos combinados hace mover su esqueleto precioso, y su esqueleto hace vibrar a la carne que lo adorna, y su carne hace señales de faro convocante hacia mi lujuria en tensión.Y yo le digo que soy del mejor signo del zodíaco, que tengo hijos, y ellos a su vez tienen hijos, lo que por decreto universal me convierte en abuelo, aunque no lo parezca... ¡Santo dios! Y que nunca fui al psicólogo pero que tengo un amigo hurgacerebros que además es rengo; que no tuve un marido golpeador pero sí una esposa que con su lengua machacante trituró mis testículos hasta que decidí liberarla de mi presencia fastidiosa.Y todo acontece al son de alguna antigüedad de los Beatles y los Creedence amantes del agua clara, y de pronto en la caja craneana se abre un compartimiento de silencio reflexivo...¿Qué es esto...?Es nada más y nada menos que la ceremonia de levante de los divorciados.Hablamos del desamor para conquistar la limosna de un posible amor, hasta que los fantasmas se apoderan del ritmo...Me dan ganas de llorar y las caderas de Mirta me recuerdan a las de Marta, y su sonrisa despide sangre de huevos desgarrados, sus movimientos armoniosos son los ataques de la desidia que malograron juramentos.Entonces me poseen unas terribles ganas de ir hacia el baño, le pido disculpas, no puedo seguir bailando...
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